sábado, 24 de enero de 2009

Café Chinitas, según José Luque Navajas (1964)

De gran importancia es el papel desempeñado por Málaga en el arte llamado flamenco. Capital y provincia han enriquecido notoriamente el cante con estilos y creaciones populares de señalado mérito, y con nombres de intérpretes que hoy día se oyen con veneración por el aficionado.

La geografía malagueña comprende dos focos de creación netamente diferenciados, que, con sus respectivas zonas de influencia, suponen dos convencionales vertientes: Ronda y Málaga misma. Ambos responden a dos maneras distintas de sentir el cante. Ronda, la recia, genera cantes duros como el polo, la caña, la serrana. Málaga, la dulce, crea estilos amables, flexibles, tales como malagueñas, verdiales y jaberas (todos vinculados a un tipo muy malagueño de fandango, llamado "bandolá"), extendiéndose también su producción a otros cantes, de distintas camadas, que se deben a creaciones personales de artistas nacidos o afincados en ella, y en los que el "duende" de la ciudad ejerciera no poca influenciá; así, El Piyayo, Cojo de Málaga, La Repompa, Macandé, Rafael El Moreno...

Málaga y Ronda tienen, no obstante, un punto de conexión: la rondeña, fandango de corte malacitano que Ronda configuró a su gusto. De ambas vertientes señaladas se han querido recoger muestras en esta selección; selección que ha de quedar incompleta a la fuerza, pues resulta imposible incluir en el espacio de un disco de las características del presente siquiera los cantes más interesantes de cuantos componen la inmensa aportación de Málaga al género flamenco.

Empero, el contenido del disco es selecto y representantivo. Cada estilo ha sido hecho cantar por su mejor especialista, dentro de lo posible. Esto hace que, salvo dos, todos los que intervienen en él sean malagueños.


LUQUE NAVAJAS, José. Café Chinitas. Hispavox (1964)

(Continuará, en otra entrada)

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