lunes, 3 de agosto de 2009

Concha la Carbonera, bailaora

Después de un fin de semana de retiro y meditación he decido ser... buena y más vaga todavía.

Me he dado cuenta de que "criticar" da mucho trabajo, al menos criticar con sentido común, porque criticar a diestro y siniestro, sin parar mientes y diciendo lo que a uno le da la gana es facilísimo.

Pero a mí no me compensa tanto trabajo y porque además, según un crítico sevillano, los que escribimos un blog agazapados detrás de un pseudónimo no estamos cualificados para criticar, ni siquiera con educación. Para eso hay que poner los dos apellidos y la cara, para que te la parta cualquiera que ha malinterpretado tus palabras. Eso es una insensatez, y además no es extravangante ni divertido.

A lo que vamos: que no voy a criticar nada y a nadie; cuando algo no me guste no voy a despegar el pico -en público. Cuando algo no me guste: ni una palabrica.

Sólo voy a hablar de lo que me gusta y me parece bien.

Y cada vez me gusta más la novela de Francisco Hidalgo Aznar, "Las noches del Café Burrero": disfruto, me divierto y aprendo. Lo que me ha fastidiado un poco es que el autor se me ha adelantado: me ha dejado sin novela, pues el retrato de Concha la Carbonera es inmejorable. Ahora estoy pensando en llevar la novela al cine. ¡Qué no se me adelante nadie!

Me está pasando algo curioso con la novela: que los personajes tienen tanta carne y sangre que se me olvida que fueron personas de carne y hueso. Vamos, al revés que con El Quijote. Las figuras de La Carbonera y La Escribana se me están haciendo tan grandes -con los demás me pasa también un poco: Silverio, La Rubia y los Canarios- que han dejado de ser personas reales. No se si me explico...

Aquí es dónde os vengo a pedir ayuda de nuevo: que me proporciones datos, citas o carteles que me hagan regresar a la realidad a mí y a mi heroina, Concha la Carbonera. También me gustaría tener información cierta del debut de La Rubia de Málaga en el Café del Burrero, tras abandonar el Café de Silverio. No creo que el autor, que tan bien conoce los cafés cantantes de Sevilla se invente una fecha tan concreta: 6 de febrero de 1885.

Os dejo con el debut de La Rubia en el Café del Burrero, y con las andanzas de la famosa pareja de comadres.





No os aficionéis, porque no os voy a poner más páginas. Comprad la novela, que tiene también su pizquita de erotismo y picante. Si sois muy fanáticos de Silverio quizá no os gusten demasiado las rarezas que le achaca La Rubia..., digo el autor.

La Porverita que ya querría ser una "manejahombres" como La Carbonera.

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