sábado, 15 de agosto de 2009

Veranear en un cuadro... o en un libro?

Acabo de leer en el periódico, así por encima, una propuesta de aliviar los rigores del ferragosto madrileño... veraneando en un cuadro del Museo del Prado.

Me parece de perlas, pero en estos momentos no se me ocurre ningún refugio mejor que un libro, el que estoy leyendo ahora: "Las Cosas de España", de Richard Ford.

Es admirable lo bien que llegó a conocer "las cosas de España", el amor que le profesaba a este "país de lo imprevisto" -subtitulo de esta obra- y la inquina desbordada por los "gabachos", en sólo los 3 años en que residió y recorrió la península, en los años 30 del siglo XIX. No me extraña que Davillier no lo cite casi nunca, cuando el francés conocía todo lo escrito sobre España, anterior a sus propios viajes y libros, y que no pierda ocasión para maltratar a los turistas ingleses.

El francés escribía bien, pero el inglés es la monda... Tiene esa retranca británica tan sutil, que te está insultando -con buena voluntad- y te apetece seguirle la broma. No me extraña que sus libros se vendieran como rosquillas, y que su "Manual para viajeros por España... y lectores en casa" tuviera muchas reediciones. Bueno, me parece que sus lectores eran mayoritariamente lectoras, que son, creo, las que marcan los "bestsellers".

Este Mr. Ford era listísimo, pero en algunas cosas no acertó, y lo vais a ver. En este fragmento sobre los Pirineos, no sé cómo se las arregla para dejarnos -a españoles y franceses a un tiempo- tan mal parados, pero sus profecías sobre la monarquía de origen francés no dieron demasiado en el blanco.
"El odio al francés, que según el Duque [de Wellington] "forma parte de la naturaleza española", parece aumentar en razón directa de la proximidad, pues cuando más se acercan más rozamientos se ocasionan; es la antipatía que produce lo antitético, la incompatibilidad del triste y torpe, con el listo y activo; del orgulloso, sufrido y asceta, con el vano, voluble y sensual; del enemigo de toda innovación y cambio, con el apasionado de las variaciones y novedades. Por mucho que se empeñen los embaucadores que auguran en las doradas galerías de Versalles que "Il n`y a plus de Pyrénées", esta pared medianera [...] existe y existirá siempre. [...] Si el águila de Buonaparte no consiguió anidar en la sierra aragonesa, la flor de lis de los Borbones no echará raíces seguramente en la llanura de Castilla"

¿En que libro o cuadro pasáis vosotros el verano?

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