domingo, 14 de junio de 2009

Beni de Cádiz, por Fernando Quiñones

Una es bastante ignorante, pero muy abierta a descubrir nuevos talentos.

Bueno, a veces, descubro talentos que ya estaban ahí.

Gracias a algunos amigos de Cádiz, me he puesto a repasar a esa generación que siguió a la grande, la de Aurelio Sellés, Pericón, La Perla de Cádiz o Manolo Vargas, y dentro de esa segunda gran generación, me he reencontrado con el Beni de Cádiz.

(Mi adorado Sernita de Jerez, y a continuación... el Beni de Cádiz con la sonrisa más amplia que conozco)

Estoy enganchadísima escuchando y descubriendo al gaditano, nacido en la Calle Hércules, del barrio del Mentidero.

Voy a dejar que otro gaditano y de mis autores favoritos como narrador, poeta y flamencólogo, Fernando Quiñones nos presente al Beni de Cádiz que conoció antes del año 1974.
El Beni de Cádiz o cantar como respirar.
(de De Cádiz y sus cantes : llaves de una ciudad y un folklore milenarios, por Fernando Quiñones. Sevilla. Fundación José Manuel Lara. 2005)

Hermano del anterior [Amós Rodríguez Rey] y nacido en la misma casa y en 1930, el Beni heredó de la distante e italiana ascendencia de ambos -como italiana fue la de Silverio o la de Capinetti- divismo y facilidad extraordinarios. Sus facultades son tan largas como su repertorio, y éste tan vasto como las naturales disposiciones de su alma para el cante. El Beni es cantaor de una manera inevitable e inmediata; canta como el pájaro vuela, y se diría en ocasiones que el cante es su manera de respirar; de ahí la vitalidad que pone infaltablemente a sus interpretaciones y que, a veces, busca salida por los más inesperados caminos.

Un artista de excepción, Manolo Caracol, ha influido en grande, incluso en peligrosa medida sobre el estilo de Beni, hasta el punto de que, ante algunos discos de los grabados en Columbia, Hispavox o Montilla por el joven artista [hay que pensar que este libro se publicó en Barcelona, en 1964 y que Fernando Quiñones, añadió y corrigió datos en la segunda edición de 1974], nos diríamos en la presencia de un Caracol de hace veinte o treinta años, pero ya en la plenitud de su sensibilidad. Estimamos que tan noble pero marcado ascendiente recorta de momento las enormes posibilidades artísticas del Beni y es una espada de doble filo: uno de ellos, positivo, prolonga, como en tantos otros antecedentes ilustres de la historia del cante, el arte de un maestro, y denota, al tiempo, la calidad del discípulo; pero el otro filo, ya más alarmante, amenaza un poco la personalidad propia de éste, que también debería velar más celosamente por la pureza de su repertorio. "¡Facilidad, mala novia!", dijo el poeta sabiamente.

Beni de Cádiz ha recorrido Hispanoamérica, Europa y España con muchos y acreditados conjuntos -tales los de Antonio o el "Ballet Español" de Pilar López-. Cantó también en los tablaos madrileños Las Cuevas de Nerja y Torres Bermejas. Sus siguiriyas gitanas y malagueñas son bellísimas. Dispone asimismo de una endiablada facilidad para meter en neto compás de bulerías las más dispares fuentes de inspiración, buena prueba de su gaditano "estilo menor", y es también muy estimable bailaor... y pintor no carente de imaginación ni sentido del color.

Le fue concedido el I Premio Nacional de Cante Flamenco, en Córdoba y en 1972.

(Fernando Quiñones, 1974)
Os dejo con las seguiriyas que el Beni grabó en el año 1972 para la serie de televisión, Rito y Geografía del Cante, con la guitarra de Manolo Brenes. En YouTube hay otras seguiriyas, creo que mejores, con la estupenda guitarra de Paco de Antequera, pero... al video le falta el remate.



La Porverita fenicia -temporalmente.

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